El 19 de abril del 2020, el usuario de Reddit u/
DiegoDeAlvarado publicó, en respuesta a un post original de u/AceOfSpeech en el subreddit r/pokemon, que, cuando era niño, pasaba horas reproduciendo a un Pokémon llamado Lapras debido a que, en la PokéDex, el registro de pokemones que cada jugador lleva en un dispositivo, aparecía que lo habían cazado tanto que estaba a punto de extinguirse. Aunque el comentario original no tuvo demasiada repercusión, debido a publicaciones en otras redes sociales se hizo viral la misión de salvar a una especie que se había dado el usuario.
Sin embargo, otros usuarios se habían dado cuenta que en la actualización de la PokéDex que se dio en la séptima generación de los juegos de Pokémon, es decir, hacia el 2013, algo había cambiado en la sección de Lapras: ya no estaba en peligro de extinción, pero la acción de ciertos usuarios y grupos de conservación había provocado que existiera una sobrepoblación de ellos.
Más allá de ser esto una hermosa demostración de cómo podríamos salvar a
muchísimas especies en riesgo, también puede hacer que nos planteemos ciertas preguntas sobre dónde poner el límite entre la realidad y lo virtual a la hora de introducirse en los videojuegos.
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El límite entre lo virtual y lo real es cada vez más difuso.
Sea en Pokémon o en Instagram. |
Para nadie es un secreto que nuestro planeta no está atravesando sus mejores momentos. El deshielo de los polos es una situación real, provocando que se estime que para el 2100, 400 millones de personas estén expuestas al peligro de inundaciones costeras anuales. La temperatura media de la Tierra en el 2019 estuvo 1.1 C° por encima de los niveles preindustriales. Como lo demostró
Australia a finales del año pasado e inicios de este, muchos bosques -y con ello, especies animales que habitan en ellos- se enfrentan al riesgo de desaparecer. No luce muy esperanzador, ¿cierto?
Sin embargo, algunas personas están demostrando que no todo está perdido, y que se puede hacer algo para cambiarlo. Muchos activistas, como los jóvenes que participaron en la
Cumbre del Clima en 2019, están buscando que el futuro no sea tan gris, demostrando una consciencia por el planeta que muy pocas personas son capaces de desarrollar. Y quizá que haya tantos jóvenes trabajando por el bien de nuestro planeta tiene que ver con los juegos con los que crecimos.
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¿Te suena Pokémon Go? |
Pokémon es una franquicia de medios, que va desde una serie de anime hasta un juego de cartas, que surge a partir de Pokémon Red and Blue, dos juegos lanzados en Japón en 1996 y en Estados Unidos en 1998. La trama del juego consiste en que eres un entrenador al que se le otorgan dos objetivos principales: registrar todos los Pokémones de la región en la PokéDex y competir con los pokémones de distintos líderes y entrenadores para llegar, finalmente, a ganar la Liga Pokémon. Aunque pueda sonar como una trama sencilla, en realidad es bastante compleja: para llegar a cumplir los objetivos antes descritos, debes enfrentarte a villanos, participar en concursos de belleza y crear tu propio equipo Pokémon de manera que sea más poderoso que los demás. No es tan fácil, ¿cierto?
En la actualidad, existen unos 890 pokémones si sumamos los introducidos en todas las generaciones, a pesar que en la última generación, compuesta por Pokémon Espada y Escudo, no puedes capturar a todos. Cada una de estas criaturas tiene su propia historia, y algunas incluyen extinciones masivas, sea por acción humana o eventos naturales.
Y así como el usuario de Reddit que describimos antes intentó -y aparentemente, logró- salvar a Lapras, otros pokémones en peligro de extinción se han salvado o se han tomado iniciativas para salvarlo, como los pokémones Relicanth, Rapidash o Farfetch'd. Así que Pokémon puede despertar una conciencia conservacionista de animales en muchos niños, pero, ¿no es eso una evidencia de una absorción excesiva dentro del videojuego?
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Pokémon Go es una evidencia de la virtualidad traspasando
las fronteras de la realidad. |
En el 2016, la desarrolladora Niantic presentó el videojuego para teléfonos Pokémon GO, a través del cual podías capturar pokémones en la calle y mejorar sus estadísticas, de forma que, con ellos, pudieses disputar el liderazgo de gimnasios o simplemente divertirte. El juego fue toda una sensación, pero nos hizo hacernos muchas preguntas sobre los límites de los videojuegos: ¿dejaríamos de hablar entre nosotros por estar cazando pokémones? ¿O pondríamos en riesgo nuestra seguridad por ir a una poképarada, un punto donde se pueden reclamar distintos objetos que permiten desbloquear nuevos pokémones y obtener objetos?
Creemos que la absorción en los videojuegos que esto demuestra depende, en gran medida, de cómo actúen los usuarios ante el juego. Si bien Pokémon GO hizo que estuviéramos aún más pegados a los teléfonos, también hizo que muchos jugadores se conocieran entre sí y crearan lazos de amistad. Si bien que una persona pase horas frente a una consola reproduciendo Lapras puede ser un símbolo de adicción, también es una demostración de empatía que puede hacer que, así como intentas salvar a Lapras de la extinción, intentes salvar a especies reales.
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Este es Lapras, un pokémon que además de ser precioso
tiene muchísimo poder. ¿No provoca salvarlo de la extinción? |
Así cerramos la entrada de esta semana, cuya recomendación será el mismo juego del que trató la entrada: Pokémon. Además de ser un juego apto para absolutamente todas las edades, te enseña a cuidar de los animales y a explorar el mundo real. Sus muchísimas entregas y variantes están disponibles en muchas plataformas, desde teléfonos (Pokémon GO), hasta todas las consolas de Nintendo. Hay también un juego de cartas coleccionables llamado Pokémon TCG, y un
anime que viene sacando episodios desde el año 1997.
¡Muchas gracias por leernos, y nos vemos la semana que viene!
Elías Haig
Stefano Velasco
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