miércoles, 21 de junio de 2023

5 cosas que no aprendí en 5 años

 El 16 de junio de 2023, a la 1:45 p.m, terminó mi último día de clases de Quinto Año de Bachillerato, el último nivel de educación media en Venezuela. El colegio que me ha recibido por 12 años ya no lo iba a hacer más nunca y ya no me volvería a preocupar de nuevo por un timbre: ese iba a ser el último.

Aun cuando la realidad es menos dramática que esa porque aun me quedan cosas que hacer en el colegio, la esencia es la misma: Bachillerato se acabó. Cada una de las risas, lágrimas y tareas que ocuparon mi vida en estos 5 años ahora son parte del pasado.

Y, como con cada hito superado, una extraña insatisfacción me ha agobiado estos últimos días. 5 años es muchísimo tiempo: son muchas las cosas que me hubiera gustado hacer en ellos que, por un montón de razones, no hice.

Sin embargo, creo que ese montón de cosas se puede condensar en solo 5 esenciales, que es el motivo de esta entrada. Vamos a ellas.

1. Apreciar el arte

En el currículum educativo venezolano, Arte y Patrimonio es una materia que sólo se evalúa en primer y segundo año de Bachillerato. Si bien no soy la persona más artística del mundo y en un primer momento celebré dejar de ver Arte, el tiempo me ha hecho comprender que es una de las materias más valiosas que alguien puede ver.

Aunque a veces nuestro mundo parezca estar diseñado para que triunfen médicos y abogados, eso no necesariamente está bien. El status quo no tiene por qué ser lo único correcto. Quizás si nuestro sistema educativo tuviese un componente artístico de mayor fuerza, no estaríamos en un país donde los robos de arte público pasan desapercibidos.

Con el paso de los años, me he dado cuenta que no haber recibido una educación artística sólida en estos años ha provocado que no comprenda por completo la importancia que ha tenido el arte en mi vida. Debo admitir que, cuando fui a ver Los Miserables en el Teatro Teresa Carreño, lo hice sin un mínimo de entusiasmo.

Terminó siendo una de las mejores experiencias de mi año. Una experiencia de la que me pudo haber privado la falta de educación artística.

2. Aprender a tocar un instrumento musical

Entre 2017 y 2021, tuve la oportunidad de formar parte del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles. Aun cuando terminé abandonándolo por esas cosas que uno con el tiempo deja de entender, formar parte del Sistema fue una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida.

Y jamás hubiera llegado al Sistema de no ser por haber tenido la oportunidad de ver clases de cuatro en mi colegio de la mano de uno de los profesores más especiales que he tenido en mi vida. No eran solo clases de saber tocar: eran clases de saber apreciar el instrumento.

Aunque solo pude ver clases con ese profesor durante poco más de tres años, el cuatro venezolano sigue siendo un elemento crucial en mi vida y mi instrumento favorito. Quizás haber recibido una sensibilización musical más completa durante el resto de mi Bachillerato hubiera permitido que no tomase la pésima decisión de abandonar el Sistema y la música me hubiera seguido dando alegrías.

Aprender a tocar un instrumento musical no es una actividad extracurricular más: es un placer que te dota de habilidades inimaginablemente útiles para toda la vida.

3. Desarrollar habilidades de networking

Según Fundéu, el networking se puede entender como la habilidad de hacer contactos. En tiempos donde agregar a alguien en WhatsApp es dar tres clics y ya, uno pensaría que no hace falta aprender mucho de eso. Total, es fácil, ¿no?

Sin embargo, con el paso del tiempo me he dado cuenta que tener el número de teléfono de alguien no necesariamente significa que esa persona es tu contacto. Un contacto no es sencillamente alguien a quien puedes llamar: es alguien que sabes que te va a atender si lo llamas.

Y lograr que alguien pase de la primera categoría a la segunda no es nada fácil: de hecho, aun no he descubierto la fórmula para ello. Aprender sobre networking debe ser una de las mayores contribuciones que alguien podría obtener de un sistema educativo.

Adaptar el currículum a ello no debe ser nada fácil: sin embargo, creo que es una necesidad importantísima porque, finalmente, física y química se pueden medio entender por YouTube. Hacer contactos requiere habilidades que no tienen fórmulas ni reglas.

4. Descubrir mis pasiones

En Venezuela, hay solo dos opciones de bachillerato comunes: en Ciencias y en Humanidades. Dos plantillas con un número estricto de horas, temas y exámenes con los que cumplir. En un mundo donde solo existan dos tipos de personas, esto sería una maravilla.

Sin embargo, sabemos que en el mundo no existen dos tipos de personas: existen muchísimos más. Si bien es imposible atender por completo las necesidades educativas de cada una de ellas, dotar de cierta flexibilidad al sistema permitiría que, al menos, cada quien pueda personalizar hasta cierto grado su propia experiencia.

Y, al personalizar su propia experiencia, uno descubre qué es lo que realmente le gusta. Cuando empezó quinto año y en mi salón nos dimos cuenta que las universidades existían, la sensación de confusión fue muy generalizada. Habíamos pasado 5 años trabajando en todas las materias sin preguntarnos cuál de ellas nos apasionaba.

Desarrollar un sistema educativo que permita a todos descubrir qué les gusta y qué no es, indudablemente, muy difícil. Pero no imposible.

5. Comprender qué significa estar sano

Pasé toda mi vida, hasta 2021, siendo el gordito de la clase. Ese título honorífico que genera, sin casi excepciones, algo de desprecio y malas caras. De hecho, cuando estaba en primer grado un amigo mío futbolista me eligió como parte de su equipo en la clase de Educación Física y el profesor le dijo que me sacara porque yo era malo.

Aunque nunca me llegué a sentir realmente mal por eso, esa etiqueta tuvo un impacto en mi vida que no es menospreciable. Si desde un primer momento hubiese aprendido qué significa estar sano y por qué mantenerme en buena forma física era importante, la historia sería otra.

La Educación Física no tiene por qué ser volleyball y fútbol todo el tiempo: eso hace que el que no tenga un talento innato para ninguna de las dos cosas sienta que la materia no es para él.

Y, si hay una materia que deba ser para todos, es Educación Física. Todos tenemos cuerpos que merecen estar sanos.

Sin embargo, aprender a aprender fuera del colegio quizás es la enseñanza que todo esto me dejó. El conocimiento actual es democrático: aprovechemos eso.

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