Adicción, constancia y Super Mario: #TLQSQSSV 1

Uno de los riesgos más conocidos sobre los videojuegos es la adicción. Noticias, a veces amarillistas, anunciaron por todas partes, en mayo de 2019, que la OMS había ratificado la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental. Eso llevó, para variar, a reacciones un poco precipitadas por parte de padres atacando a los videojuegos como la causa de todos los problemas de la raza humana y por parte de los gamers defendiendo a los videojuegos como la causa de todos los logros de la raza humana. Sí, esas radicalizaciones tan características de Internet.
Pero, ¿realmente los videojuegos son tan adictivos? ¿Es necesario limitar estrictamente la cantidad de horas de juego para prevenir la adicción? Y, más importante aún: ¿no será que la adicción también tiene que ver con la constancia que los videojuegos permiten desarrollar?
Para averiguar eso, quédate en esta entrada junto a Mario y al Mario Verde. Perdón, perdón, es Luigi.

Qué raras las habilidades de clonación de Mario, aunque parecen
defectuosas con respecto al color.

Adicción y constancia: un perjuicio y un beneficio de difícil distinción.

Mira este vídeo. Es el primer nivel de New Super Mario Bros. DS, un juego para la Nintendo DS lanzado en 2006, algo más de un año después del lanzamiento de la consola en sí. Sigue una historia, digamos, muy parecida a la de todos los juegos de Mario, puesto que fue supervisada por Shigeru Miyamoto, el creador del personaje italiano -¿o japonés?-  que tantas risas, concentraciones y peleas ha causado frente a las pantallas. Por si no has jugado nunca un juego de Mario, el argumento es muy sencillo: los malos del juego, liderados por un monstruo llamado Bowser, raptan a la princesa Peach, enamorada de Mario, haciendo que el bigotudo vestido de un rojo que no implica afiliaciones políticas deba salir en su búsqueda. A través de muchísimos mundos que vas desbloqueando, ocurre el  progreso en el juego, debiéndote enfrentar a personajes como los típicos Goomba, los Koopa-Troopa y los Boo, para llegar al castillo final y rescatar a Peach. A lo largo del juego, controlas a Mario. Pero no todo es bueno: también los videojuegos de Mario pueden llegar a ser muy adictivos.

No sé ni cuántos recuerdos puede traerles esta foto a los
de nuestra generación.

De acuerdo a la Real Academia Española, los señores que se encargan, con usualmente mucho criterio, de decir qué está bien y qué está mal a la hora de hablar y escribir en español, la adicción es la "dependencia de sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico". Los juegos de plataformas como Mario, al ser progresivos, suelen causar adicción: cuando pasas un nivel, ya quieres empezar con el otro. Y así hasta pasarte el juego, lo que puede tomar muchísimas horas, e, incluso, puede hacer que caigas en una especie de círculo vicioso gamer en que, una vez que te terminas el juego, lo empiezas de nuevo pero buscando mejores resultados. En el caso de New Super Mario Bros., por ejemplo, hay estrellas que puedes obtener en cada nivel y que no afectan tu progreso si no las obtienes, pero que la presión por obtenerlas puede provocar que pases horas pegado ante la pantalla.

La adicción a New Super Mario Bros. es una de las que más hemos experimentado las personas de nuestra edad al ser uno de los juegos más extendidos disponibles para la Nintendo DS, la consola emblemática de la Gen Z, pero no es ni de lejos la adicción más grave que puedes desarrollar a los videojuegos.

Nada mejor que una foto de como el 2001 haciendo
referencia a la tecnología. 

Fortnite, mejor conocido como Fornai, el éxito de Epic Games, es el videojuego adictivo que más titulares ha ocupado últimamente. A pesar que para jugadores casuales no haya realmente ningún progreso, en Fortnite existe el Battle Pass, un pase que compras y te permite, a lo largo de una temporada que puede variar de duración, adquirir skins y otros objetos estéticos a través de la completación de ciertos desafíos. El Battle Pass es pago, lo que hace que sientas una presión aún mayor por terminarlo. Otro juego muy adictivo es League of Legends, que causa problemas de adicción como el que describe acá Mbresme17, que pueden llegar hasta a convertirse en un problema social. Y luego está Minecraft, juego de cuya adicción hablaremos en futuras entradas (spoiler: en primera persona).

En esta imagen hay algunas skins, pero nada más en Fortnite
hay tantas que te puedes ir a la quiebra intentando comprarlas
todas.

Sin embargo: ¿no es la adicción una forma de constancia insana? Los videojuegos te enseñan que, a través de tu trabajo, puedes alcanzar un objetivo del que disfrutarás muchísimo: que la alegría de rescatar a Peach sólo la puedes obtener tras haber fallado mil veces intentando pasar ese nivel de New Super Mario Bros. que tanto te costó, y que el placer de presumirle a tus amigos haber completado The Last Of Us 2 en muy poco tiempo sólo te la da haber pasado horas descubriendo cómo derrotar a los zombies en cierto punto donde se hacían muy fuertes. Que sólo puedes empezar a ganar partidas de Fortnite tras haber perdido cientas, y, sobre todo, que la constancia es la clave para superar objetivos que puedan parecer imposibles en un principio.

Finalmente: ¿cómo hago para prevenir enviciarme pero también terminar ese juego que tanto me gustó? A través de nuestros años de experiencia, hemos aprendido que la única manera de prevenir enviciarte es entendiendo las consecuencias que ello conlleva, y, además, tomándote unos días para los videojuegos. Hay días en los que, en vez de ver una serie entera en Netflix o pasar diez horas scrolleando hasta el fin del mundo en Instagram, puedes decidirte a pasar un nivel difícil en Super Mario Bros. o a jugar algunas partiditas de Fortnite con tus panas. Un buen gamer juega con moderación porque así disfruta más los videojuegos.

Esta ha sido la esencia del final de la mayoría de los juegos
de Mario, que son de los mejores juegos que existen.

En caso que seas papá o mamá y quieras ayuda con respecto a prevenir la adicción a los videojuegos en tu hijo, lo que recomendamos es un acompañamiento moderado: investigar bien qué juego está jugando tu hijo para que así puedas comprender qué le hace tan atractivo jugarlo, buscar el rating ESRB para conocer si es apropiado para su edad, o, incluso, jugarlo junto a él. 

La recomendación de la semana: los juegos de Mario Bros.

Año: depende de la edición, desde 1985 hasta la actualidad.

Plataformas: cualquier consola Nintendo, emuladores para computadora y tu teléfono.

Rango de edad: para todo público.

La saga de videojuegos de Súper Mario Bros es ideal para comenzar a jugar, sobretodo a los jugadores que no disponen de mucha experiencia en vídeojuegos, sean niños o adultos que están entrando en este mundo, especialmente debido a su modo de juego que se basa en caminar o correr a la derecha de la pantalla, hasta llegar al final, esquivando obstáculos y enemigos. Seguramente al decir todo esto pensarán que es sencillo y sin ninguna dificultad incluso hasta el punto en que suena como algo que da sueño, pero no es así. La dificultad aumentará por cada nivel y mundo que se vaya superando, convirtiéndose más en un desafío para que el jugador lo supere. Podrás encontrar secretos en algunos niveles, lo que alimenta la curiosidad del jugador, como cuando te regalan una vida para que tu contador de vidas no llegue a cero, dándote monedas con el objetivo que acumules cien para con ello obtener otra vida por tu esfuerzo, y muchísimos más que pueden variar de acuerdo a la plataforma en que desees jugar. 

Otra ventaja de Mario es que es una saga muy inclusiva: si tienes una Nintendo 64 botada por ahí seguramente tienes un cartucho con el que puedas empezar a jugarlo, o incluso puedes descargarte Mario Kart Tour o Super Mario Run en tu teléfono. Podríamos hablar por horas sobre esta saga, pero creo que ya te explicamos lo suficiente para que quieras empezar a jugarlo ahora mismo. 

¿Saben qué es lo mejor de esta lista?
Que sigue creciendo.

¡Muchas gracias por leer! ¡Nos vemos para una próxima entrada la semana que viene!

Elías Haig

Stefano Velasco