lunes, 12 de junio de 2023

De pantalones británicos a chatbots eruditos: ChatGPT, educación y plagio.

 Cuando la Segunda Guerra Mundial explotó y el Reino Unido se vio envuelto en las brumas de la guerra, uno de los tantos cambios que asoló a la sociedad inglesa fue la irrupción de los pantalones como prendas aceptables dentro de la moda femenina [1]. Una emergencia de alcance internacional forzó a la flexibilización de una norma social existente.


Aun cuando el cambio generó sensaciones mixtas dentro de la población [2], eventualmente la nueva realidad prevaleció sobre la antigua norma y los pantalones terminaron siendo aceptados por Gran Bretaña con tanta naturalidad como cualquier otra ropa.


De forma análoga, las sociedades mundiales no respondieron a los cambios que generó Internet en sus primeros años con demasiado entusiasmo. En un artículo de 1995[3], el físico Clifford Stoll aseguró que los promotores de Internet llegarían al extremo de cuestionar la necesidad de un profesor solo porque ahora los estudiantes aprenderán por medio de caricaturas animadas.


28 años después, sabemos que Internet no ha logrado reemplazar por completo a ningún profesor y que, en cambio, se ha convertido en una poderosa herramienta capaz de auxiliarlo en sus funciones. Google no provocó que dejásemos de hacer preguntas en clase: por el contrario, permitió que tuviésemos tiempo para plantearnos preguntas más difíciles de responder.


Si un estudiante puede conocer la definición de mol con solo entrar en una página, el tiempo que el profesor habría invertido en responder esa pregunta lo podrá usar para atender dudas que estén a más de un clic de distancia.


Aplicando esta perspectiva de herramienta antes que amenaza frente a sistemas de inteligencia artificial (AI) como ChatGPT, podemos encontrar un potencial inmenso en el uso de estas aplicaciones en el área académica. Citando al Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, “ChatGPT podría ayudar a las IES [Instituciones de Educación Superior] a ofrecer a las y los estudiantes una experiencia de aprendizaje más personalizada y relevante, hacer más eficientes los procesos administrativos y avanzar en la investigación y con el compromiso con la comunidad.” (IESALC 13).


Sin embargo, la naturaleza cuasi-humana de los materiales producidos por ChatGPT genera una serie de cuestionamientos acerca de los límites de su uso dentro del área académica. Si la educación consiste, parcialmente, en probar las capacidades intelectuales del ser (León 601), ¿qué rol ocupa ella en un contexto donde una máquina es capaz de pasar exámenes de abogacía de nivel universitario [4]?


Lejos de representar esta realidad un desafío a la eticidad de las IA, se perfila como un cuestionamiento a la naturaleza de estos exámenes. Si el examen puede ser resuelto por una máquina, ¿para qué aplicarlo a un humano?


En su novela de 1939 Tierra de Hombres, Antoine de Saint-Exupéry escribió que “la máquina que, al principio, parecía apartarle [al hombre] de los grandes problemas naturales, ahora le somete a ellos con mayor rigor aún.” (Saint-Exupéry 10). De la misma forma, que ChatGPT pueda resolver exámenes diseñados para el humano no implica que lo esté superando: por el contrario, le permite dedicar más recursos a tratar los problemas que realmente le conciernen.


Plantear que el uso de ChatGPT en el área académica no es ético porque desempeña funciones que otrora eran exclusivas a los humanos es análogo a plantear que usar una calculadora para calcular funciones termodinámicas no es ético por razones similares. Cuando la única forma para aproximar un logaritmo consistía en consultar tablas imprácticas[5], el tiempo que se podía invertir en razonar un problema se consumía en sacar cuentas.


Así como el uso de una calculadora para calcular una función no implica un desconocimiento del tema, usar ChatGPT para mejorar un trabajo no implica un desconocimiento de su naturaleza. Después de todo, ChatGPT no es infalible: de hecho, es conocida su capacidad de afirmar con extrema confidencia errores factuales (OpenAI, 10). Así, al quedar de parte del usuario discernir entre un resultado errado y uno correcto de ChatGPT, se demuestra la necesidad de comprender un tema para poder ayudarse de esta herramienta en su comprensión.


De esta manera, podemos concluir que usar ChatGPT en el área académica no representa necesariamente un conflicto ético. Sin embargo, la escala de tal uso sí puede llegar a generar ese problema.


Ante todo, ¿por qué se asevera, en el párrafo anterior, que el uso de ChatGPT en la vida académica es ético? Porque no atenta contra la raíz de la vida académica: la educación entendida como un “intento humano racional, intencional de concebirse y perfeccionarse en el ser natural total” (León 6). No atenta contra esta definición porque no impide que el ser humano se conciba y perfeccione: por el contrario, lo apoya en esa misión. No depreda el motivo de la educación: lo auxilia.


Sin embargo, emplear herramientas de IA como medio de apoyo académico es muy diferente a pretender que ellas cumplan, por sí solas, con tareas parte del proceso educativo. Es distinto usar un libro de ensayos como referencia a tomar un ensayo de dicho libro y transcribirlo palabra por palabra: de la misma forma, es diferente emplear a ChatGPT para guiarse en la redacción de un ensayo a pedir que lo redacte.


De las situaciones planteadas anteriormente, se puede inferir que tanto un libro como ChatGPT se pueden emplear como medio de referencia o como medio de duplicación. Y, en un contexto académico, la duplicación es simplemente conocida como plagio, que se produce cuando se toman como propias ideas o palabras que no lo son y no se menciona[6].


Así, emplear a ChatGPT como medio de realización del trabajo sin reconocerlo explícitamente incurre en plagio porque implica tomar un trabajo que no es propio y firmarlo como tal. De esta forma, se distingue al uso general de ChatGPT en el área académica de su uso plagiario: como con cualquier otra herramienta, emplearla con fines de sustitución del trabajo en vez de optimización de él es una violación ética porque implica nombrar como propio algo que no lo es.


Así, las posibilidades de uso de ChatGPT como medio de plagio no representan base argumental suficiente para cuestionar el uso de la plataforma en su totalidad: como cualquier otra herramienta, se puede emplear con fines no éticos sin que ello represente que ella, en sí misma, lo sea.


Una sociedad acostumbrada a vías menos prácticas de realización del trabajo no asimila fácilmente el desarrollo de herramientas que lo facilitan y puede oponer resistencia a ellas. La mujer británica de 1939 podía encontrar problemas procesando la aceptación del pantalón como prenda femenina, pero su practicidad demostrada terminó provocando su aceptación dentro de las normas sociales.


De la misma forma, la sociedad global está encontrando problemas en aceptar el surgimiento de una nueva manera de apoyarse en la generación de conocimientos: su practicidad, que se está demostrando, terminará provocando su aceptación dentro de las normas sociales.


[1] Para más detalles acerca de la adopción de los pantalones como indumentaria aceptada dentro del código social británico durante la Segunda Guerra Mundial, ver McNeil, Peter. “‘Put Your Best Face Forward’: The Impact of the Second World War on British Dress.” Journal of Design History, vol. 6, no. 4, 1993, pp. 283–99.


[2] Ver Fashion on the Ration: How World War 2 Finally Let Women Wear the Trousers — Telegraph. fashion.telegraph.co.uk/news-features/TMG11446271/Fashion-on-the-Ration-how-World-War-2-finally-let-women-wear-the-trousers.html.


[3] Stoll, Clifford. “Why The Web Won’t Be Nirvana.” Newsweek, Newsweek Digital LLC, 26 Feb. 1995, www.newsweek.com/clifford-stoll-why-web-wont-be-nirvana-185306. Recuperado el 3 de junio de 2023.


[4] Ver OpenAI. “GPT-4 Technical Report.” arXiv (Cornell University), Cornell University, Mar. 2023, https://doi.org/10.48550/arxiv.2303.08774.


[5] Ver Logarithms. science.jrank.org/pages/3995/Logarithms.html.


[6] Ver Rodríguez, Armando. “El Plagio Y Su Impacto a Nivel Académico Y Profesional.” e-Ciencias De La Información, vol. 2, no. 1, University of Costa Rica, Aug. 2012, https://doi.org/10.15517/eci.v2i1.1213.


Este ensayo fue escrito como parte del coaching pre-UWC de la Asociación Venezolana de Colegios del Mundo Unido (AVEMUNDO).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario