Pero el meme de Internet, en nuestras vidas, es algo muy distinto. El meme puede ser muchas cosas: entretener, enseñar, explicar, burlar (aunque el término más común para el meme burlón es momo), y un sinfín de cosas más.
Pero acá vamos a tocar una arista muy interesante: el meme como objeto de protesta.
¡Ups! No se cumplió. |
El fenómeno que causó esta visita sorpresa fue muy fuerte: reportajes, tweets, cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres y memes: muchos memes.
Lo peor, es que hay más. |
Por su parte, la segunda parte de la idea que es importantísimo hacer memes críticos con sentido político, pues le da al suceso una difusión más rápida, eficaz y amigable.
No sé si mis campañas para vocero del salón cuentan, pero necesitaba una imagen para poner acá. |
Este hipotético inglés está navegando por Instagram, cuando encuentra un meme de un señor con capucha, que, aparentemente es el presidente -o no- de Venezuela, un país americano sumido en la pobreza.
Nuestro inexistente personaje va a tener ese impulso humano tan agradable llamado curiosidad, y va a investigar sobre ese paísucho petrolero.
Se entera de la situación política del país, y va a estar informado. Cuando su amigo comunista venga a decirle que el presidente obrero obeso es el único gobernante, nuestro imaginario personaje va a combatir la desinformación, le va a explicar la situación, la va a comprender y va a apoyar centrando los ojos del mundo sobre este recoveco nacional, ayudando a treinta millones de personas en su lucha por la libertad.
Suena el himno soviético de fondo. |
Entonces, ¿qué prefieres, que la situación de un país en ruinas sólo la sepan los pocos que leen noticias, o utilizar un recurso amigable para informar personas?
Creo que es mejor la segunda opción.
Elías Haig
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