lunes, 18 de enero de 2021

¿Por qué todos deberíamos llevar noción de nuestra procrastinación?

    ¡Hola! Bienvenido a Noción de la Procrastinación. Si por casualidad estás leyendo esta entrada, quiero hacerte llegar mi más profundo y sincero agradecimiento. También espero que sepas comprender las razones por las cuales te los hago llegar. Pero si no lo comprendes, trataré de explicártelo.

    Será una misión difícil. Una misión difícil, especialmente porque ni siquiera yo sé realmente cuáles son las razones. Creo que te agradezco por visitar debido a que en este momento, estás teniendo una valentía que ni siquiera yo he tenido: la valentía de visitar a un muerto. Y no sólo un muerto, sino también algo peor: un muerto cuyo fallecimiento fue provocado por una de las cosas que menciona en su título: la procrastinación.

    Esta página web en la que estás leyendo esto ahora mismo, no es el fruto de un sueño, sino de una discusión que tuve con mi mamá en julio de 2018, justo cuando salía de sexto grado y estaba a punto de aventurarme en este extraño viaje que hasta ahora ha sido bachillerato. La procrastinación, como podrás inferir si te fijas en las fechas de publicación de cada una de las entradas, me ha acompañado desde siempre. Y mi mamá, como yo estaba a punto de entrar en unas largas vacaciones, aprovechó de recordármelo.

    No me gustó ese recordatorio. Especialmente, porque era cierto. Así que en ese momento ataqué la situación creando un blog. Este blog.

La humanidad tiene varios enigmas por resolver.
Uno de ellos es quién hace estas imágenes tan específicas
que te aparecen cuando buscas algo en Google.


    
Al principio, no tenía muchas esperanzas. De hecho, tenía tan pocas esperanzas que el primer nombre del blog fue "Blog que está a punto de ser abandonado". Pero aún así, decidí empezar a "bloguear", fijándome entonces el objetivo de escribir -y publicar- dos entradas al día.

    Claro, eso no duró mucho. A los dos días, había cambiado el objetivo a una entrada diaria. A la semana, ya me había propuesta publicar una entrada cada cuatro días. Para finales de 2018, uno de los mejores años de mi vida, el ritmo de publicación empezó a ser muy inestable: a partir de ahí, podrás ver que podía publicar dos entradas en dos semanas y al siguiente mes no publicar ninguna. 

    Viendo hacia el pasado, creo que eso fue un error. Pero no importa: sigamos hablando de lo que nos interesa: la historia de Noción de la Procrastinación.

    En 2019, el blog estuvo muchísimo más desolado que antes. La carga de haber entrado a primer año y de haberme metido en tantos proyectos que creo que perdí la cuenta de ellos hizo que Noción de la Procrastinación quedara como una gota más en el gigantesco océano de Internet, pero incluso a través de su inactividad siguió cumpliendo con su objetivo: llevar noción de mi procrastinación.

    ¿Por qué siguió cumpliendo con su objetivo? ¡Porque jamás me olvidé de él! Llegó un punto en el que empecé a anotar todas mis ideas de entradas para que no se me olvidase ninguna, pero cuando me sentaba a escribirlas me daba fastidio seguir y decía que al día siguiente continuaría.

Esta imagen no se parece a mí procrastinando. Para nada.
No porque no procrastine, sino porque jamás pondría los
pies sobre la mesa.

    Spoiler: no funcionó. El blog pasó meses y meses sin entradas, o al menos sin entradas con las que estuviera del todo conforme. En ese entonces, para finales de 2019, estaba atravesando por momentos muy felices de mi vida: no sólo estaba cumpliendo con casi todas las metas que me proponía, sino que estaba empezando a interesarme por los derechos del niño y a participar con Cecodap, algo que me ha cambiado la vida en innumerables aspectos.

    Mi felicidad me hizo pensar que Noción de la Procrastinación ya había cumplido con su propósito, por lo que el 2020 empezó sin mucha actividad en el blog. En marzo, cuando empezó la pandemia -en la que seguimos bien metidos-, publiqué una de mis entradas favoritas: "El coronavirus y la educación", en la que hacía una serie de predicciones sobre qué sería esto de las clases online. Leyéndolas ahora, diez meses después y aún viendo clases en línea, entiendo lo importante que fue para mí escribir esa entrada. Quisiera actualizarla pronto.

     A inicios de julio, cuando se cumplían dos años del blog, se publicó la serie "Todo lo que siempre quiso saber sobre videojuegos y nunca se atrevió a preguntar", que, a pesar de darle un respiro de vida al blog, terminó provocando ciertos problemas que preferiría no recordar por razones personalísimas y tan absurdas que sería un irrespeto conmigo mismo publicarlas acá. La serie de entradas siguió hasta septiembre, y en octubre publiqué una segunda entrada que seguía la temática de las clases online.

    Escribir esa entrada, que puedes leer aquí, me ayudó a comprender muchas de las cosas que sentía en ese momento. Una vez más, Noción me ayudó a comprenderme a mí mismo. Y llegamos hasta acá, al instante en el que escribo esta entrada mientras procrastino.

¿Será que en este retrato de Tomasso Inghirami
que hizo Rafael Sanzio, Rafael quería retratar la
procrastinación?

    Sí, estoy procrastinando porque debería estar preparando ciertos compromisos que preferiría no mencionar. Y es gracias a esa fase de procrastinación que atravieso ahora mismo que se me ocurrió escribir esta entrada, porque recién ahora comprendo bien lo importantísimo que ha sido este blog en mi vida. Porque entiendo que, más allá de ser un lugar para guardar mis ideas y para distraerme, Noción de la Procrastinación me ha permitido conocerme a mí mismo.

    El Elías Haig que empezó a escribir en julio de 2018 tenía doce años y estaba enamorado de El Señor de los Anillos. El Elías Haig que escribe esta entrada en enero de 2021 tiene quince años y sigue enamorado de El Señor de los Anillos, pero se conoce más a sí mismo y es más feliz.

    Porque Noción le ha abierto muchas puertas y lo ha ayudado a lograr muchas cosas, como no volverse loco por las clases online. Porque le ha permitido controlar su flojera haciendo cosas productivas con ella. Porque le ha permitido llevar noción de su procrastinación.

    Y es por eso que esta entrada se titula así, porque creo que la mejor manera de revivir el blog es invitando a todos sus lectores a llevar noción de su procrastinación. A tomar conciencia de la naturaleza de tal fenómeno por el que todos atravesamos, y a conseguir un espacio en el que puedas conocerte más a tí mismo. Para mí, lo ha sido este recoveco digital que estás leyendo, pero para otra persona podría ser una cuenta de Twitter o un podcast.

    No lo sé. Las posibilidades son infinitas. Pero volvamos al inicio: este blog es un muerto, pero un muerto digital. Un muerto que puede ser revivido siempre y cuando se tenga la clave de la cuenta de Blogger con la que nació. Y como sí tengo la clave de la cuenta, revivámoslo.

Y mira, ni siquiera tuve que hacer esto. Ya tenía
la sesión iniciada en mi compu.


    
Bienvenidos al regreso. Bienvenidos a la nueva fase de Noción de la Procrastinación, donde trataré de publicar una entrada semanal y donde volveré a escribir sobre las cosas que me apasionan: la educación, el derecho a la participación, la cultura pop y, sobre todo, El Señor de los Anillos. Y también trataré de escribir sobre las cosas que me apasionan, pero aún no sé cuáles son.

    Gracias por leer esta entrada, y por tener la valentía de visitar a un muerto. Espero que Noción de la Procrastinación pronto deje de ser uno.

Elías Haig

1 comentario:

  1. Este post es mi himno, mi manifiesto, mi filosofía y mi esencia. Y este comentario es mi noción de la procrastinación.

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